Pues sí, en la sesión del lunes 7
de abril conseguí dejar marchar a mi loro. Y no es que el “pájaro” se quisiese
ir -yo creo que estaba tan a gusto
conmigo-, pero se fue, más bien le dejé ir; las cosas como son.
Adiós, loro, adiós. Me recuerda el título de una película de los
años setenta en la que el gran Manuel Summers también despedía a otro pájaro;
en esta ocasión se trataba de una cigüeña.
¡Hay que ver con los pájaros! Son
muy bonitos, pero es mejor tenerlos a cierta distancia, nunca en nuestro
interior.
El adiós de Summers a la cigüeña
simbolizaba una decisión de madurez, de responsabilidad, de libertad.
Sensaciones muy parecidas a las sentidas a las 12:30 del lunes cuando, después
de la segunda visualización con la que nos obsequió Julio, escuché el aleteo
grave y agitado del loro, anunciándome que se iba, que se marchaba. ¡Pues adiós!
Y empoderamiento. También
empoderamiento. O sea, dejar de vivir en
standby. Pasar de la inercia, de los
automatismos, y respirar, respirar, respirar, … … y
coger el timón de nuestro propio camino en nuestro proceso de crecimiento y
desarrollo personal.
La técnica de inicio, el
ejercicio de relajación acompañado de un susurrante sonido de lluvia de caída
plácida y mansa, al que, evaporadas las nubes, siguió la compañía del
crepúsculo en un entorno agradable -una
bonita playa, me permitió comprender que es posible, que sí, que es verdad que
podemos desterrar de nosotros nublados innecesarios de nuestra mente, y no solo
en estados apacibles del ser, sino también en situaciones hostiles o tensas. Y
a esto es a lo que tenemos que llegar.
En este sentido decía el taoísta Huanchu
Daoren que “la calma en la quietud no es
la verdadera calma. Cuando puedes estar calmado en medio de la actividad, éste
es el verdadero estado de la naturaleza. La felicidad en la comodidad no es la
verdadera felicidad. Cuando puedes ser feliz en medio de las dificultades,
entonces puedes ver el verdadero potencial de tu mente".
Así, así.
A las 13:30 terminé mi clase con
un grupo de alumnos, un grupo complicado. Durante cincuenta minutos estuve
trabajando con ellos los riesgos laborales en la empresa, el tema 14. Quieren
ser Técnicos en Carrocería. Pero empiezo a conocer realmente que “mindfulness” me está enseñando a centrar
la atención en lo que se hace en cada momento o allá donde se quiera, atención
plena, sin que sensaciones, preocupaciones o cualquier contenido de bloqueo
mental me desubiquen del momento presente.
Adiós, loro; no vuelvas.
Antonio Garrido Sánchez.
Profesor de Formación y Orientación Laboral