Dice la Wikipedia,
por la que tengo especial predilección como saben mis alumnos, que “la palabra alegría deriva del latín alicer o alecris, que significa "vivo
y animado". La alegría, es una de las emociones básicas, junto con el
miedo, la ira, el asco, la tristeza y la sorpresa”.
Pero la
alegría es también y sobre todo, la quinta regla para atrapar la felicidad… y si
queremos ser felices hemos de repetir y repetir los mismos mantras una y otra
vez. Estas 5 reglas y las otras 5 que están por venir:
·
Sonrío.
·
Acepto la realidad.
·
Soy positivo.
·
Soy Proactivo.
·
Soy ALEGRE.
Y así, a
fuerza de repetir y repetir conseguiremos cambiar nuestro cerebro y salir de la
distracción y lograr realmente ser felices como dice en su video Facundo
Cabral, No estás
deprimido, estás distraido.
Foto ganadora del concurso #sonrisasriotormes por @eloyabvdc49 |
Dicen que la
cara es el espejo del alma, por eso podemos afirmar que un rostro alegre
refleja un interior fresco y luminoso… y además se contagia, la alegría se
puede incluso aprender. Si quieres estar alegre basta con sonreir, primero de
forma forzada, y luego de forma franca, cambiar la postura y después abrir el
pecho y respirar… tu cerebro se encargará
de hacer el resto y empezarás a sentirte más alegre.
Durante
siglos, las distintas filosofías nos decían que podíamos buscar la alegría de
forma sensitiva en el exterior de nosotros mismos; pero desde hace poco tiempo
se busca la alegría en el interior, desde la madurez mental y corporal,
mediante la búsqueda de un estado armónico, en silencio interior y con
serenidad. Ser alegre se traduce en apreciar las cosas sencillas de la vida, lo
cotidiano y ordinario, en el trabajo de cada uno y también en apreciar lo
extraordinario.
Ser alegre se
convierte en un elemento imprescindible corporal, mental y espiritualmente para
ser feliz.
Es posible ser
alegre a pesar de las circunstancias porque éstas no son nosotros. Para ello,
debemos establecer los siguientes hábitos, repetirlos
y repetirlos para que se conviertan en costumbres que formen nuestro
carácter:
·
Sonreir
·
Ser positivos,
·
Aceptar la realidad de buen grado.
·
Tener una mirada positiva ante las
circunstancias de la vida.
Todo esto no
son sólo palabras, se basa en los estudios científicos de la inteligencia
emocional: las emociones se pueden controlar o, mejor, autorregular. A mayor
autocontrol emocional mayor competencia, de hecho en muchas empresas modernas
se empieza a exigir como un valor de los candidatos laborales…
La alegría debería
estudiarse como una asignatura más puesto que es esencial para el desempeño del
trabajo en un mundo globalizado como el nuestro. Características personales
como la empatía o que el candidat@ acuda a actividades como voluntariado o
teatro empiezan a ser valoradas por las empresas porque indican que esa persona
es una persona alegre, que puede conectar con otras personas y que sabe
gestionar sus emociones.
La buena
noticia es que tú puedes cambiar tus sentimientos y para ello el primer paso es
reconocerlos. En los tiempos que corren el mensaje para nuestros alumnos es
sencillo: una persona alegre encontrará trabajo con mayor facilidad, así es que
no hay nada más que decir... que merece la pena SER ALEGRES.
Miguel Ángel Casanova
Profesor del CIFP Río Tormes
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